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dissabte, de desembre 03, 2011

TRES BUENAS MANERAS DE TOMARSE UN LOCKOUT

Tras meses de incertidumbre, desde hace ya algunos días sabemos que la NBA se pondrá en marcha -prácticamente como regalo de Navidad- el día 25 de diciembre. La cuenta atrás ya ha empezado, y los jugadores que habían venido a "hacer las Américas" (en este caso algunos "descubrían" Europa, y no el continente americano) se apresuran a hacer las maletas. Uno de los ejemplos más destornillantes habrá sido ese visto y no visto de Goran Dragic en Vitoria, aunque la breve estancia de Splitter en Valencia tampoco da para mucho, a pesar de su indudable liderazgo en un par de choques ligueros y el dejar la puerta abierta a volver... a Europa.

Yo soy del parecer que equipos como el Barça Regal o el Panathinaikos han acertado con el planteamiento de no querer contar con estrellas de la NBA mientras no se sabía que ocurriría con el lockout. Los grupos pasan por un bache emocional siempre que no se sabe si van a seguir juntos o no. Por super-profesionales que sean, los jugadores no rinden lo mismo sabiendo que en una semana pueden estar fuera, ni tampoco los que tienen contrato en Europa para todo el año no podemos garantizar que no les quede mal cuerpo. De hecho, los que ahora se irán han tenido que jugar con la incetidumbre de dónde estarían la semana siguiente, pero los que no tenían planes de marcharse a media campaña tendrán que hacer el proceso de duelo por los que se hayan ido. Ya veremos como capean el temporal las próximas semanas el Real Madrid sin Ibaka ni Rudy, a pesar de sumar al prometedor Singler; también podemos sacar conclusiones de la temprana eliminación de la Euroliga del faraónico proyecto de Scariolo en Milán, Gallinari de por medio.

A estos dos equipos que he mencionado antes, Regal Barça y Panathinaikos, me gustaría añadir también el CSKA. El caso Kirilenko es particular y distinto a muchos de los otros jugadores NBA que han venido a Europa. Kirilenko vuelve a su equipo de origen, a su país de origen, y con la posibilidad de decidir si quiere quedarse todo el año dada su condición de agente libre. Marc Gasol -creo que en las mismas condiciones contractuales allí que Kirilenko- podría haber hecho lo mismo: jugar en Barcelona (o en otro sitio), y decidir luego si completar la temporada, o bien marcharse. Lo importante en el caso Kirilenko, además de ir a un sitio conocido, es que tiene la última palabra de poder seguir. Además, me parece muy sano que el presidente del CSKA le haya puesto una fecha límite para que se decida: vemos todas las cartas sobre la mesa.

Mis planteamientos favoritos en la dirección deportiva de los tres equipos que han optado por no fichar jugadores con "cláusula de salida con el cese del lockout" han sido:

Primero: Panathinaikos. Obradovic no se la juega, no hace inventos. Quiere tener a sus jugadores que pueden fichar en el club, tengan más o menos dinero, pero siempre para todo el año. Se atreve, en los años de bonanza económica en Grecia, a tener plantillas de 13 y 14 jugadores, dejando en ocasiones al resolutivo Drew Nicholas -entre otros- fuera de la convocatoria. Chapeau para el maestro Obradovic, que a pesar de que el baloncesto heleno esté de rebajas, ha conseguido mantener a Diamantidis, que ya es mucho, y ha vestido el resto del equipo con garantías.

Segundo: Barça Regal. Joan Creus y Xavi Pascual no han querido escuchar cantos de sirena. Han hecho una plantilla de 12 para Euroliga y descartando a un jugador que no sea formado en clubs ACB cada jornada de la Liga Endesa. Ese es su modelo de plantilla este año, y no se han vuelto locos por las fluctuaciones del mercado. Sin embargo, el hecho de permitir a los hermanos Gasol entrenar con el equipo puede parecer un gesto amigable, pero no exento de riesgos. La competencia entre jugadores con ficha y los que no tienen ficha a veces puede ser fuente de conflictos, como también la intensidad esperable del que se tienen que ganar el puesto, y los que no. Además, en las idas y venidas de los Gasol a EE.UU. para eso de cotizar allí al menos una vez al mes, daba la impresión más de que iban al gimnasio a mantenerse en forma que no a formar parte de la disciplina de un equipo. Por las informaciones disponibles, tanto iban a algunas sesiones como se ausentaban de otras, fruto de compromisos publicitarios o de otro tipo. Esto siempre puede crear malestar entre los que llevan todo el tute desde prinicipio de pretemporada.

Tercero: CSKA. Al margen de Kirilenko y lo que pueda hacer, el fichaje de Teodosic ha sido uno de los grandes aciertos, como también el de Krstic. El núcleo de jugadores rusos de ha ido ampliando, con agradables sorpresas como Shved y Vorontsevich. Por lo tanto, y a la espera de la decisión de Kirilenko, el equipo está la mar de bien ensamblado, con un buen trabajo de Kazlaukas después de su paso más bien discreto por el banquillo de la selección china. Ahora bien, si Kirilenko decide irse, van a tener que pasar la fase de duelo por su partida e ir ajustando los roles a la nueva realidad grupal, es decir, al nuevo grupo que se conforma con la baja de un jugador, sea Kirilenko o el que hace número 12, 13 o 14 de la plantilla.

Tres excelentes equipos de baloncesto, tres muy buenos entrenadores, tres direcciones deportivas que han tomado decisiones meditadas y con puntos en común las unas con las otras, aunque también con algunas diferencias significativas. Pongo la mano en el fuego que al menos dos de estos tres equipos, si no los tres, estarán en la Final Four, y no sólo por el talento que reúnen en sus respectivas plantillas, si no también por las sabias decisiones que se han tomado en los despachos descartando fichajes rutilantes, pero por una estancia incierta, que podía ir de una semana hasta dos o tres meses, o quizá toda la temporada. Está claro que hay siempre fichajes de renombre que poder hacer, más si estábamos en año de lockout... pero ya se sabe lo que reza el dicho: pan para hoy y hambre para mañana.