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dimecres, de maig 30, 2012

FRANK LAMPARD: "NO PODEMOS JUGAR COMO EL BARÇA"

Mi silencio bloguero acaba después de varias semanas. Entre la promoción de mi último libro publicado, Aprender a ganar, la corrección de las galeradas del próximo (Manual de Dirección Técnica y Pedagógica), y el día a día de la docencia del curso Nuevas tendencias en el entrenamiento del minibasket, poco tiempo he tenido para escribir en el blog.

Hace pocos días escuché unas declaraciones de Frank Lampard hablando de su eliminatoria de Champions con el Barça. Era en el canal temático de deportes Esport 3, y era una producción de la UEFA. Me llamó la atención -hago ahora una traducción al castellano del doblaje de la entrevista, hecha al catalán- en la que el rocoso centrocampista inglés certificaba: "No podemos jugar como el Barça. Hemos conseguido la belleza poniéndonos el mono de trabajo y yendo a especular." Lampard no se dejó nada en el tintero: yo espero que tampoco.

Puedo decir que estoy de acuerdo con Lampard en casi todo, aunque no en lo primero que asevera. Creo que cualquier equipo se trabaje durante suficiente tiempo -seis meses, un año- con una idea futbolística, puede jugar como el Barça (o como otro equipo exitoso, digamos el Real Madrid o el Chelsea). ¿Cómo podemos entender que con lo poco que entrenan durante toda la temporada los jugadores de la selección española de fútbol, hayan ganado Eurocopa y Mundial? Se trata de priorizar, se tener las ideas claras, de poner en práctica en los entrenamientos lo que queremos desarrollar en los partidos.

Creo que no se comenta que si el Barça es espejo para otros equipos y estos otros equipos quieren jugar como el Barça, deberían entrenar de manera distinta a lo que hacen y piensan... siguiendo la línea de trabajo del Barça. Está claro que mientras no se tengan esos conceptos de juego, ni se entrene con claridad de ideas, ningún equipo puede asemejarse al Barça: sólo entrenando de un modo parecido, o bien labrando su propio camino, un equipo diferente al Barça puede jugar como el Barça. O lo que es lo mismo: el Chelsea puede jugar como el Chelsea por que se ha entrenador a jugar de esa manera.

A partir de este comentario inicial, con todo el resto creo que Lampard la clava:
  • "Hemos conseguido la belleza". Está claro que existe una tiranía del jogo bonito, del tiki-taka y también, en estos últimos tiempos, del fútbol del Barça. No sólo Brasil, la selección española o el Barça pueden atribuirse EL fútbol, si no que tantos otros equipos también lo pueden jugar... muy dignamente, aunque con otro estilo, con otra forma, sin perder de vista que lo que importa es ganar. Pichon-Rivière, en el artículo "Estrategia" de su libro Psicología de la vida cotidiana, nos desvela: "El partido comienza a jugarse en lo que podríamos denominar la <>, dónde en base a tanteos, el jugador logra configurar una estrategia y una táctica para operar en la cancha externa. Si a esta posibilidad va unido un dominio de la pelota, este jugador adquiere una eficacia dificil de calcular.[...] dicho jugador debe tener la posibilidad de rectificar durante la operación misma determinados esquemas de trabajo, realizando así los diferentes pasos de lo que se llama en la ciencia social una indagación operativa. Así es como llegamos a asistir al espectáculo inteligente, cambiante y
    estético, de alguien que intenta resolver las dificultades de la tarea sobre su actuación." Es decir, que un jugador está siempre trabajando sobre los esquemas de juego que llevan a su equipo a organizarse una manera u otra. Lampard, siguiendo las indicaciones de su entrenador, desarrolla un tipo de juego que puede ser bello, aunque se insista desde la teocracia del fútbol culé y otro influyentes comentarios que ni el Madrid ni el Chelsea, ni tan siquiera los finalistas alemanes, son comparables con el deleite que aporta ver jugar al Barça.
  • "... poniéndonos el mono de trabajo...". La verdad es que no todo es lucir Unicef... Samsung y sus millones, como los de Qatar Foundation para el Barça (més que un club, más que un club, more than a club), también sirven para vestir a los futbolistas del Chelsea. Comentario publicitario al margen, el mono de trabajo es algo imprescindible. Qué curioso que los jugadores del Chelsea vistan de azul, y haya esa expresión en la sociología del trabajo del blue collar referido a los obreros que hacen trabajos manuales (y visten con uniforme), y los white collar referido a los que trabajan en la oficinas (y visten traje). Y aunque los voluminosos Lampard, Ivanonic y Drogba puedan parecer menos glamurosos que Xavi, Iniesta y Messi, más rudos y por tanto también blue collar, lo cierto es que se impusieron a los white collar barcelonistas, los futbolistas en esmoquin del Barça, así como a los alemanes, volcados en toda la final al ataque.
  • "...y yendo a especular". ¡Qué mala prensa tiene el ir a especular con el resultado en estos últimos tiempos! Algunos equipos han hecho un arte de especular, y por tanto hay que darle la razón a Lampard que puede ser bello encontrar la manera de, cerrados atrás, poder marcar el gol del empate en la final de la Champiosn en el único córner que bota el equipo. Eso es bello, aunque nos insistan por activa y por pasiva que otro equipo haya lanzado seis, diez o veinte córners, con independencia que no haya marcado. ¡Como si botar más córners que el rival diese puntos!
No podemos asignar al juego de presión defensiva arriba y abusiva posesión de balón del Barça de Guardiola el monopolio del buen fútbol. Las propuestas de los otros equipos tienen valor, tienen sus propios valores. Si al Barça le gusta derrochar las jugadas de ataque sin llegar a marcar, provocando el "uy" del público, ese es su fútbol y ese es su público, su afición. Si el Madrid con Mourinho hace del contraataque su arma mortífera, ese es su estilo y esa es su belleza. Y si el Chelsea hace bandera de la suposición que no puede jugar como el Barça -es difícil que lo lleguen a hacer nunca, si no creen poder hacerlo-, aunque al mismo tiempo vean la belleza en lo que hacen, en calzarse el mono de trabajo e ir a especular, esperemos que esto nos pueda hacer abrir los olos ojos y asumir que, como dice el refrán castizo, no es oro todo lo que reluce.